Este es un espacio "nuestro", es decir, de las maestras de nivel inicial (en cualquier cargo que ocupen) de la ZONA IV, para el diálogo, el intercambio; para compartir, preguntar, opinar, participar y proponer.
lunes, 30 de abril de 2012
miércoles, 25 de abril de 2012
POR UN RESCATE DE LOS ACTOS ESCOLARES
Celina Gómez viaja por Santa Fe capacitando a educadores jóvenes
Por un rescate de los actos escolares
Es una profesora que investiga la evolución histórica de estos rituales patrios. Advierte que hoy perviven modelos anacrónicos, creados para sociedades que ya no existen. Y brega por actualizar formatos, derrumbando estereotipos y reapropiando símbolos nacionales.
La postal histórica muestra un acto ívico-militar de hace varias décadas. Muestra la disciplina y la solemnidad en la marcha, registros de otros tiempos que aún tienen vigencia en muchos actos escolares actuales.- Foto:Archivo El Litoral
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Luciano Andreychuk
landreychuk@ellitoral.com
Las galeras patrias de cartulina, los vestidos coloniales con volados y puntillas, el corcho quemado para “maquillar” a los mulatos. Quién no recuerda con grata nostalgia aquel encanto de los actos escolares, del tiempo en que eran acontecimientos a los que concurrían las familias enteras a “celebrar” una fecha patria. Estos rituales escolares ocuparon durante décadas un lugar arraigado en el imaginario educativo y social, y contribuyeron a la construcción de identidad y de sentidos de pertenencia nacional.
Pero las sociedades se transforman, cambia la percepción sobre la tradición, los usos y costumbres. ¿Qué pasa con los actos escolares hoy? Se quedaron en el mausoleo de los tiempos. No se renovaron, son extemporáneos: los formatos de los rituales vigentes fueron creados hace décadas para sociedades que ya no existen. Se convirtieron en una carga para las docentes, y una hora aburrida para los alumnos. Ésta es la realista visión de Celina Gómez, una profesora de Letras -ya jubilada- que investiga desde hace años la evolución histórica de los actos escolares. Y que decidió capacitar a docentes y alumnos de institutos de formación sobre cómo armar actos.
El curso -organizado por el Instituto del Sadop- consta de dos encuentros presenciales y de dictado a través de una plataforma virtual. Se realiza en Santa Fe, Rafaela, Romang y Las Toscas, y ya se han inscripto unos 200 maestros y alumnos de institutos de formación docente. “A juzgar por el número de asistentes, hay una gran necesidad en las nuevas generaciones de educadores de contar con herramientas didácticas para saber armar un acto”, dijo Gómez en diálogo con El Litoral.
¿Por qué sigue siendo tan importante el acto escolar? “Porque la construcción de identidad es parte de la escuela y de la tarea docente”, definió. “Hoy la escuela sigue transmitiendo el relato histórico de Billiken o de Anteojito. Ante esto, nos debemos preguntar qué vigencia tiene el acto en tanto ritual de identidad nacional, y cómo reformular su sentido actual. Se trata de resimbolizar el contenido semántico del acto como acontecimiento cultural. De superar el acto como ritual y convertirlo en instancia de aprendizaje”, afirmó.
Nuevos formatos
“En la actualidad, los actos se han convertido en rutinas: no transmiten emoción ni identidad. En parte porque no representan a la sociedad actual, pues fueron diseñados a fines del siglo XIX bajo el espíritu del proyecto de la Generación del ‘80. Los mismos actos que vemos hoy se crearon hace 120 años, con una intención de homogenizar a través de la escuela a una sociedad muy heterogénea que recibía aluviones inmigratorios. Está claro que esos formatos hoy son anacrónicos. Incluso hay escuelas en las que los chicos desfilan al son de una marcha militar”, dijo.
Para la profesora, otro factor cultural conspira para que no se revaloricen los actos escolares: un sentimiento de autodenigración encriptado en el ADN de los argentinos. “Este país, se pronuncia en las glosas de los actos, y el adjetivo ‘este’ ya pone distancia. ¿Por qué no se dice Nuestro país, que es más inclusivo?”, se preguntó Gómez. “En los actos se apunta a lo malo de nosotros, nos miramos desde un lugar poco amable. Entonces, debemos empezar a generar una identidad que destaque nuestros valores como personas”.
Gómez sugiere empezar a “derribar estereotipos históricos” (esa solemnidad asignada a algunos próceres, que los vuelve inaccesibles) e incorporar nuevas temáticas en los actos, como la presencia de la mujer en la historia argentina, la negritud -descendencia africana en América latina- o la cuestión de los pueblos originarios. “Esto llevaría a que los niños tengan una mirada más plural. Es fundamental que los docentes tengan elementos que generen una apropiación de esos símbolos patrios que nos transmiten identidad”, resaltó.
Consultas
Sitio web: www.institutosadop.edu.ar
E-mail: institutosadopsantafe@yahoo.com.ar
landreychuk@ellitoral.com
Las galeras patrias de cartulina, los vestidos coloniales con volados y puntillas, el corcho quemado para “maquillar” a los mulatos. Quién no recuerda con grata nostalgia aquel encanto de los actos escolares, del tiempo en que eran acontecimientos a los que concurrían las familias enteras a “celebrar” una fecha patria. Estos rituales escolares ocuparon durante décadas un lugar arraigado en el imaginario educativo y social, y contribuyeron a la construcción de identidad y de sentidos de pertenencia nacional.
Pero las sociedades se transforman, cambia la percepción sobre la tradición, los usos y costumbres. ¿Qué pasa con los actos escolares hoy? Se quedaron en el mausoleo de los tiempos. No se renovaron, son extemporáneos: los formatos de los rituales vigentes fueron creados hace décadas para sociedades que ya no existen. Se convirtieron en una carga para las docentes, y una hora aburrida para los alumnos. Ésta es la realista visión de Celina Gómez, una profesora de Letras -ya jubilada- que investiga desde hace años la evolución histórica de los actos escolares. Y que decidió capacitar a docentes y alumnos de institutos de formación sobre cómo armar actos.
El curso -organizado por el Instituto del Sadop- consta de dos encuentros presenciales y de dictado a través de una plataforma virtual. Se realiza en Santa Fe, Rafaela, Romang y Las Toscas, y ya se han inscripto unos 200 maestros y alumnos de institutos de formación docente. “A juzgar por el número de asistentes, hay una gran necesidad en las nuevas generaciones de educadores de contar con herramientas didácticas para saber armar un acto”, dijo Gómez en diálogo con El Litoral.
¿Por qué sigue siendo tan importante el acto escolar? “Porque la construcción de identidad es parte de la escuela y de la tarea docente”, definió. “Hoy la escuela sigue transmitiendo el relato histórico de Billiken o de Anteojito. Ante esto, nos debemos preguntar qué vigencia tiene el acto en tanto ritual de identidad nacional, y cómo reformular su sentido actual. Se trata de resimbolizar el contenido semántico del acto como acontecimiento cultural. De superar el acto como ritual y convertirlo en instancia de aprendizaje”, afirmó.
Nuevos formatos
“En la actualidad, los actos se han convertido en rutinas: no transmiten emoción ni identidad. En parte porque no representan a la sociedad actual, pues fueron diseñados a fines del siglo XIX bajo el espíritu del proyecto de la Generación del ‘80. Los mismos actos que vemos hoy se crearon hace 120 años, con una intención de homogenizar a través de la escuela a una sociedad muy heterogénea que recibía aluviones inmigratorios. Está claro que esos formatos hoy son anacrónicos. Incluso hay escuelas en las que los chicos desfilan al son de una marcha militar”, dijo.
Para la profesora, otro factor cultural conspira para que no se revaloricen los actos escolares: un sentimiento de autodenigración encriptado en el ADN de los argentinos. “Este país, se pronuncia en las glosas de los actos, y el adjetivo ‘este’ ya pone distancia. ¿Por qué no se dice Nuestro país, que es más inclusivo?”, se preguntó Gómez. “En los actos se apunta a lo malo de nosotros, nos miramos desde un lugar poco amable. Entonces, debemos empezar a generar una identidad que destaque nuestros valores como personas”.
Gómez sugiere empezar a “derribar estereotipos históricos” (esa solemnidad asignada a algunos próceres, que los vuelve inaccesibles) e incorporar nuevas temáticas en los actos, como la presencia de la mujer en la historia argentina, la negritud -descendencia africana en América latina- o la cuestión de los pueblos originarios. “Esto llevaría a que los niños tengan una mirada más plural. Es fundamental que los docentes tengan elementos que generen una apropiación de esos símbolos patrios que nos transmiten identidad”, resaltó.
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The Fantastic Flying Books of Mr. Morris Lessmore (2011) es el título de este cortometraje de 15 minutos de duración.
Se trata de una historia sobre la lectura y la relación con los libros. El corto fue estrenado en febrero del 2011 y entre las técnicas usadas por sus creadores están el stop motion así como animación en 2D y 3D. Entre algunos datos curiosos de esta producción, el equipo de Moonbot Studios tuvo que pintar miles de libros a mano y construyó una manzana completa, a escala, de un barrio francés de Nueva Orleans
!
martes, 24 de abril de 2012
SOBRE EL JUEGO......
JUEGO SOCIODRAMÁTICO Y ESQUEMAS DE GÉNERO.
UNA INVESTIGACIÓN EN EDUCACIÓN INFANTIL
Por Emma Lobato.
Este es sólo un extracto del trabajo, para las/los interesados puedo enviarles el artículo completo.
La escuela no es, ni mucho menos, la única responsable de que se produzcan estas
diferencias (de género), pero si tiene un papel importante sobre el que merece la pena reflexionar.
Propuestas para una actuación coeducativa referidas al juego sociodramático
en educación Infantil
Ya que el juego sociodramático constituye, como hemos expuesto, un escenario en
el que poner en práctica comportamientos futuros y que, como afirma Bruner (1984),
estos ensayos lúdicos son una idealización de la realidad ¿ porqué, entonces, los
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educadores y educadoras de Educación Infantil no utilizamos el juego complejo de
representación como un espacio coeducativo en el que practicar nuevas formas de ser
hombre y mujer?.
En este sentido, podríamos decir que es responsabilidad de los educadores hacer del
juego de representación una forma de lucha contra las estructuras de poder que
organizan los sistemas de género favoreciendo, mediante propuestas concretas, la
formación de identidades de género abiertas que atiendan a las múltiples formas de
constituirse en femenino y masculino.
Los objetivos del ámbito socio-afectivo deben ser objeto de estudio y cobrar
presencia en los proyectos curriculares. Abundando en este punto, el planteamiento
constructivista de la educación tendría que hacer una reflexión amplia sobre aspectos
afectivos y relacionales que han sido relegados en favor de lo cognitivo ( Moreno y
presencia en los proyectos curriculares. Abundando en este punto, el planteamiento
constructivista de la educación tendría que hacer una reflexión amplia sobre aspectos
afectivos y relacionales que han sido relegados en favor de lo cognitivo ( Moreno y
Sastre 2000). Para lograr este propósito queremos empezar por recoger algunas
propuestas de actuación concreta dirigidas al profesorado de educación Infantil.
Profesorado que debería estar compuesto por personas de ambos sexos, varones y
mujeres para que ofreciesen un modelo más variado al alumnado, en este sentido sería
conveniente proponer una acción positiva para aumentar el número de profesorado
masculino que en la actualidad es muy escaso.
En primer lugar, creemos necesario destinar un tiempo y un espacio al juego
sociodramático en la jornada escolar de educación infantil por su insustituible
utilidad para practicar y ampliar los aprendizajes sociales básicos. No obstante,
la propuesta de juego ha de ser clara y no debe esconder detrás una pretensión
instruccional, debemos tener presente que aunque el juego surge en muchas
ocasiones de forma sencilla y natural es también una estructura muy frágil. "El
autoritarismo adulto y la censura son letales, en un contexto rígido o inseguro
afectivamente, el juego no se desarrolla o muere" (Ortega, 1992, 208). El juego
necesita cierta libertad, aunque esto no quiere decir que no pueda ser orientado y
tutelado en el ámbito escolar y que no pueda formar parte del currículo de la
escuela infantil. Asimismo, los niños y las niñas de hoy precisan espacios y
compañeros de juego más que nunca, puesto que diversos factores han
provocado la desaparición de las antiguas cadenas socializadoras compuestas
por hermanos, primos, amigos y vecinos. A los niños y niñas de hoy les sobran
juguetes y les faltan compañeros y compañeras de juego. La escuela infantil se
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convierte, por tanto, en un lugar de encuentro y aprendizaje social en la que el
juego sociodramático puede ser utilizado como recurso para poner en práctica y
desarrollar los conocimientos sociales, entre los que se encuentra, por supuesto,
la construcción de la identidad de género.
Se debería hacer visibles en el currículo y en la programación de aula los
objetivos del juego sociodramático desarrollado en los rincones de juego con
una orientación coeducativa. Esta actuación supone, en un primer momento, un
conocimiento a través de la observación del juego en el aula de la cultura lúdica
del grupo, interviniendo de forma espontánea en el juego o manteniendo al
menos una actitud abierta, menos formalista de lo que es habitual entre los
docentes. Una vez que conozcamos los intereses y hábitos de juego de nuestro
alumnado podremos empezar a planificar un proyecto de intervención.
Cuidar y organizar los materiales, el tiempo y el espacio. Poner a disposición de
niños y niñas materiales diversos y espacios agradables permitirá crear guiones
de juego variados.
Favorecer los agrupamientos mixtos, ya que hemos comprobado que los
agrupamientos totalmente masculinos y totalmente femeninos dan lugar a
comportamientos más tipificados.
Organizar los rincones de juego de forma rotativa. Si se les deja a ellos y a ellas
elegir el rincón de juego se asientan más en el estereotipo. Aunque en un
principio esta forma rotatoria, pueda coaccionar la libre elección de juego,
ofrece en contrapartida, la posibilidad de descubrir nuevas formas lúdicas
llevando a niños y a niñas a ampliar sus esquemas de juego.
Realizar propuestas de juego variadas y amplias que incluyan ámbitos de
dominancia femenina, masculina y neutra. Los escenarios, como ya explicamos
ayudan a componer la escena.
Ampliar los esquemas que niños y niñas tienen sobre roles, instituciones o
situaciones sociales para favorecer el enriquecimiento del juego y disminuir las
comportamientos estereotipados.
Utilizar la técnica de representación teatral de escenas cotidianas. A partir de las
cuales se irán creando formatos de juego, como explica Bruner (1984), de
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manera que niños y niñas interioricen esquemas de comportamiento
diversificados.
Y sobre todo, estar atentos/as a los comportamientos diferenciales para
intervenir en el juego con actitud abierta, proponiendo opciones distintas y
situaciones nuevas, que lleven a niños y a niñas a ampliar sus esquemas
lúdicos, en las parcelas en las que se muestran más pobres y estereotipados. Por
ejemplo, proponiendo en la casita que era el padre el que llevaba a los hijos/as
al colegio o que la madre tenía que arreglar el fregadero. Recordemos que el
concepto vygotskiano de zona de Desarrollo Próximo insta al profesorado a
intervenir partiendo de las actividades que las niñas y niños pueden hacer sin
ayuda para ampliar sus niveles de desarrollo. Este concepto, referido al tema
del juego sociodramático y a la constitución de la identidad de género, supone,
en primer lugar, conocer los esquemas de nuestros alumnos y alumnas, y en
segundo, buscar estrategias que sirvan para ampliar los esquemas lúdicos y
desarrollar identidades de género abiertas, lo cual, por supuesto, no siempre es
fácil.
La conclusión última de este trabajo podría ser que las diferencias de género se
manifiestan de forma muy temprana en los denominados juegos sociodramáticos y que
estos sirven a niños y a niñas como un ensayo de los comportamientos futuros. Planteamos,
por tanto, la necesidad de una intervención activa por parte de la escuela en relación al
tema del género buscando una actuación coeducativa seria. Puesto que de lo contrario esta
institución contribuirá, como otras, a favorecer la desigualdad entre los sexos, no intervenir
equivale a apoyar el modelo existente. No podemos esperar que nada cambie si desde
nuestro papel nos dedicamos a perpetuarlo.
El primer paso en este sentido sería, y esta es una de las pretensiones de este
artículo, la concienciación del personal docente sobre la importancia de este tema.
domingo, 22 de abril de 2012
FERIA DE CIENCIAS 2011 - ESCUELA Nº 266
Hermosa experiencia en la escuela nº 266. Por eso me pareció importante poder recordar y compartir otra vez.
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